Hola de nuevo
En la entrada anterior ya les anticipábamos que trabajaríamos sobre la Historia de la Filosofía. Como dijimos se trataba no tanto de recordar nombres sino de pensar con personas que vivieron en otros tiempos. En esa entrada nos preguntábamos por los orígenes del pensar poniendo el acento en el pensamiento mítico.
En esta entrada nos acercaremos al primer momento crucial de la Historia del pensamiento. Se trata de presentar el
paso del pensamiento mítico – ese pensamiento que ustedes supieron encontrar en la entrada anterior – a un pensamiento racional, un pensamiento en el que
ustedes se sienten más próximos. Empecemos
Grecia – siglo VI antes de Cristo
¿Por qué Grecia? ¿Qué pasó en ese lugar y en ese momento? Como comentamos a principio de curso se piensa en un paisaje, en una lengua, en una cultura y un tiempo determinado. En el caso griego – como verán en la foto – el paisaje está formado por un montón de islas montañosas que invitan a viajar a la siguiente. Desde una isla se ven las contiguas. Esta situación genera curiosidad y empezaron a viajar – los griegos aún hoy son conocidos como grandes navegantes.
¿Qué se
encontraron? Se encontraron culturas que habitaban diferentes paisajes,
hablaban otras lenguas, tenían otras explicaciones mitológicas para los mismos
fenómenos. En estos viajes conocieron a Orus e Isis en Egipto, a Mitra
y Anahita en Persia, a Marduk entre los babilonios ¿Como hacer convivir miradas
tan dispares?
Las explicaciones
mitológicas, como vimos, daban cobertura a los fenómenos. Pero si son tan
variadas surgen inevitablemente preguntas como estas:
¿Quién
tenía razón? ¿Quién tenía la verdad?
Esta pregunta se la pudieron
hacer porque los dioses griegos tenían una medida humana. Seguramente conocen
a Zeus, a Atenea, a Apolo. También a un semidiós – mitad humano, mitad dios –
como Hércules gracias a la película de Disney. Bien, la característica de estos
dioses era que la cercanía con los humanos los hacía menos lejanos, más
falibles.
Si los dioses eran falibles, si no quedaba claro - ante la variedad de mitos para un mismo fenómeno - la explicación de los hechos, tal vez se podrían buscar otro tipo de explicaciones. Es fascinante comprender cómo fue este paso. Tales de Mileto - ustedes lo conocen por el Teorema de Tales que iguala los ángulos - en sus viajes, tuvo conocimiento de las anotaciones que egipcios y babilonios habían hecho del movimiento de los astros. Observó en esas anotaciones las diferentes posiciones de los planetas que se ven a simple vista y también en los diferentes momentos que se habían producido eclipses de sol. Usando una matemática básica vio que se producían regularidades. Cada x meses se producían eclipses. Sacó cuentas y se animó a predecir el siguiente. ¡Era todo un desafío! Sin la intervención de los mitos, solo la razón humana, se animaba a predecir una evento astronómico. Llegó el día y el eclipse se produjo.
Evidentemente algo había pasado, la inteligencia de las
personas era muy valiosa. El logos – la razón – era una herramienta muy
valiosa.
Es a partir de esta situación
que se van a plantear explicaciones sobre los fenómenos del mundo evitando la
utilización de mitos. Los primeros filósofos se hicieron estas tres preguntas y
las intentaron responder sin la intervención de los mitos:
- ¿De
qué o cómo surge el Universo? Se preguntan por el Origen.
- ¿De
qué están hechas las cosas? Se preguntan por el sustrato último, su naturaleza última.
- ¿Por
qué el mundo es como es? Se interrogan por la Causa
Por ejemplo, el mismo Tales de Mileto que respondió que todo estaba hecho de agua. Otros filósofos, por ejemplo Empédocles, hablaba de los cuatro elementos – tierra, agua, aire y fuego – y dos fuerzas opuestas, el amor y la discordia (atracción, repulsión). Heráclito hablará de la fuerza de los contrarios con el fuego como elemento base. Pitágoras – al que conocen por matemáticas – hablaba de la armonía de los números.
Actividad
Esas tres preguntas fundantes para nuestra civilización
siguen vivas en la actualidad. Seguramente ustedes pueden intentar dar algún
tipo de respuesta a las mismas con lo que saben de física o de química. O tal
vez de lo que han visto en redes o televisión en programas de divulgación
(¡¡cuidado con las fake news!!).
Lo que les proponemos lo siguiente:
1. Individualmente, por parejas o en grupos de tres (ustedes deciden) intenten dar respuesta a esos tres interrogantes. La consigna es que no pueden copiar y pegar de Internet sino que piensen su respuesta con lo que saben – sí pueden consultar la red, pero solo consultar – y nos las envían. Verán que deben hacer el esfuerzo de pensar buenas respuestas. No son fáciles.
El plazo de entrega lo hablan con su docente.
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