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lunes, 16 de junio de 2014

La Filosofía en la Modernidad. Introducción

Introducción perteneciente al libro NAVARRO, J, M Y CALVO, T (1986) Historia de la Filosofía. Madrid. Edicionaes Anaya. pág 143:

"A lo largo de los tres últimos capítulos hemos tenido ocasión de comprobar insistentemente cómo el problema fundamental del pensamiento de la Edad Media, especialmente a partir del siglo XIII, no es otro que el problema de la relaciones entre Fe y Razón. Este problema y las tensiones por él generadas son consecuencia del enfrentamiento producido entre la concepción radicalmente cristiana de la vida que impera en la Edad Media y el proceso de expansión cultural y transformación sociopolítica que se produce a partir del siglo XIII:

La Modernidad, el pensamiento moderno, se instituye y se desarrolla en un abierto enfrentamiento con la cultura y las ideas del Medievo. La primera contestación a la concepción radicalmente religiosa del mundo vigente en la Edad media se produjo con el Humanismo Renacentista, con su visión antropocéntrica y naturalista del Hombre y el Universo. El humanismo renacentista retorna a los grandes filósofos griegos, pero su forma de leerlos e interpretarlos no se pone ya al servicio de la Fe religiosa. Los platónicos renacentistas ya no lo son como San Agustín ni los aristotélicos del Renacimiento lo son como lo fuera Santo Tomás de Aquino.

Junto al Humanismo Renacentista y de forma más decisiva aún que este, el desarrollo de la ciencia acabó por arruinar los sistemas filosóficos medievales, aportando una nueva imagen (heliocéntrica, mecanicista) del Universo. La crítica a la física aristotélica había comenzado ya implacablemente en el siglo XIV (físicos nominalistas), El descubrimiento renacentista de los grandes científicos griegos (especialmente el pitagorismo y Arquímedes), juntamente con necesidades de tipo técnico-práctico (estudios de balística, etc.) llevaron al abandono de la física aristotélica y de la imagen geocéntrica del mundo, esférico y finito. Copérnico, primero; Galileo y Kepler, después, y, por último, Newton, trajeron una nueva ciencia, una nueva metodología científica (en la cual la matematización ocupa un lugar fundamental) relegando definitivamente unas ideas científicas rudimentarias que habían prevalecido durante siglos.

Juntamente con el abandono de la ciencia y la filosofía medievales, el pensamiento moderno trajo la afirmación radical de la autonomía de la Razón. La Razón se constituye en principio supremo, no sometido a ninguna instancia ajena a si misma (tradición, fe, etc), desde el cual se fundamenta el conocimiento y se pretende responder a las cuestiones filosóficas supremas acerca del Hombre, la Sociedad y la Historia. Es cierto que el análisis de la razón llevado a cabo por el periodo que va de Descartes (primer filósofo de la Modernidad) a Hegel (creador del último gran sistema especulativo) no lleva a las mismas conclusiones. El concepto de razón – la forma que ésta se constituye como principio y el alcance de su principalidad – no es igual en el Racionalismo, en el Empirismo, en Kant y en el idealismo absoluto de Hegel, como tendremos ocasión de comprobar ampliamente.

Ahora bien, el hecho de que el pensamiento moderno se presente – en todos sus autores y escuelas – como un análisis de la Razón no debe llevar a la interpretación unilateral de la filosofía moderna como una filosofía interesada exclusiva o preferentemente por cuestiones gnoseológicas. Ya hemos indicado más arriba que el análisis de la razón se lleva a cabo en función de fundamentar en ella y desde ella la ciencia y en función de responder, en el último término, a las demandas y problemas planteados acerca del Hombre, de la Sociedad y de la Historia, a la búsqueda de una ordenación racional de la vida y la sociedad. Esto, que es patente en todos los movimientos filosóficos modernos (y sobre ello insistiremos en cada una de nuestras exposiciones), se manifiesta de modo culminante en el siglo XVIII en la Ilustración."

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