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sábado, 19 de abril de 2014

Los filósofos presocráticos

Cuando nombramos en la clase anterior a Tales de Mileto - ustedes lo conocían por su teorema de los ángulos de un triangulo en matemáticas - explicamos que sustentaba el honor de ser conocido como el primer filósofo. Al menos para la tradición de la cultura occidental.

A continuación pueden ver un cuadro histórico de estos primeros filósofos llamados presocráticos por que anteceden a Sócrates, filósofo que marca un antes y un después.

Este cuadro pertenece a NAVARRO, J, M Y CALVO, T (1986) Historia de la Filosofía. Madrid. Edicionaes Anaya (página 26). También están incluidos el resto de filósofos y escuelas de la antigüedad griega.



Para plantear este tema primero intentaremos responder a las preguntas fundantes que se plantean los primero filósofos. Luego contrarrestaremos las posibles respuestas que nos animemos a dar con textos directamente escritos por esos mismos filósofos. Entraremos en diálogo con personas que pensaron (con su pensamiento situado) hace cerca de dos mil quinientos años.

Preguntas fundantes de los filósofos presocráticos

1. ¿De qué o cómo surge el Universo? Se preguntan por el Origen.
2. ¿De qué están hechas las cosas? Se preguntan por el sustrato último, su naturaleza última.
3. ¿Por qué el mundo es como es? Se interrogan por la Causa

Pero Parménides de Elea nos plantea esta disyuntiva sobre el ser y si algo que no es puede llegar a ser. Eso cuestiona el cambio, el movimiento, la evolución.


Fragmento 296 Parménides de Elea

Ni nunca fue ni será, puesto que es ahora, todo 
entero, uno, continuo. Pues ¿qué nacimiento podrías 
encontrarle? ¿cómo y de dónde se acreció? No te 
permitiré que digas ni pienses de "lo no ente", 
porque no es decible ni pensable lo que no es. Pues, 
¿qué necesidad le habría impulsado a nacer después 
más bien que antes, si procediera de la nada? Por 
tanto, es necesario que sea completamente o no sea 
en absoluto. Ni la fuerza de la convicción permitirá 
jamás que de lo no-ente nazca algo además de ello. 
Por eso, la Justicia no afloja sus cadenas para 
permitir que nazca o que perezca, sino que las 
mantiene firmes; la decisión sobre estas cosas se basa 
en esto: es o no es. Pero se ha decidido, como es necesario, abandonar una vía por impensable y si... (se corta el fragmento original)


Empédocles presenta un modo de saltar lo planteado por Parménides haciendo que las cosas son la mezcla de los cuatro elementos (tierra, agua, aire y fuego) más la presencia de dos fuerzas contrarias (el amor y la discordia). Dependiendo de diferentes cantidades o presencia se conforma una cosa u otra.

Fragmento 349 Empédocles de Acagras

Ea, escucha mis palabras, pues el aprender 
acrece la sabiduría. Como antes te dije, al 
manifestarte los limites de mis palabras, te voy a 
contar un doble relato: en un tiempo lo Uno se 
acreció de la pluralidad y, en otro, del Uno nació por 
división la multiplicidad: fuego, agua, tierra y la 
altura inconmensurable del aire y, separada de ellos, 
la funesta Discordia, equilibrada por todas partes y, 
entre ellos, el Amor, igual en extensión y anchura. 
Míralo con tu mente y no te sientes con ojos 
estupefactos, pues se le considera innato incluso en 
los miembros mortales: debido a él tienen ambiciosos 
pensamientos y realizan acciones de concordia, 
dándole el nombre de Gozo y de Afrodita. Ningún 
mortal lo conoce, cuando se mueve en circulo entre 
ellos, pero tú presta atención al orden no engañoso 
de mi discurso.  Todos ellos son iguales y coetáneos, aunque cada uno 
tiene una prerrogativa diferente y su propio carácter, 
y prevalecen alternativamente, cuando les llega su 
momento. Nada nace ni perece fuera de ellos ¿Cómo 
podría, de hecho, ser destruido totalmente, puesto 
que nada está vacio de ellos? Porque, sólo si 
estuvieran en un constante perecer, no serían. Y 
¿qué es lo que podría acrecer todo esto? ¿De dónde 
Podría venir? Sólo ellos existen, pero penetrándose 
mutuamente, se convierten en cosas diferentes en 
momentos diferentes, aunque son continuamente y 
siempre los mismos.  

Demócrito ( el primer atomista junto a su maestro Leucipo) se anima a postular el vacío entre las partículas más pequeñas que lo conforman todo. El contínuo movimiento de estas partículas y sus múltiples choques engendran y destruyen las cosas. El movimiento existe, la corrupción también.

Fragmento 549 Demócrito de Abdera

Demócrito, en ocasiones, niega a los sentidos la 
realidad fenomenología y dice que ninguno de ellos se 
manifiesta concorde con la verdad, sino sólo de acuerdo 
con la opinión. Lo que de verdad subyace a la realidad 
de los entes es que son átomos y vacio. «Por 
convención», dice en efecto, «dulce», «por conven ción 
amargo, por convención caliente, por convención frío, 
por convención color; pero, en realidad, átomos y 
vacío».  

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