La
esencia de la idea de progreso imperante en el mundo occidental puede
enunciarse de manera sencilla: la humanidad ha avanzado en el pasado, avanza
actualmente y puede esperarse que continúe avanzando en el futuro. Pero cuando
preguntamos qué significa "avanzar" las cosas se tornan
necesariamente más complejas. Sus significados abarcan todo el espectro que va
desde lo espiritualmente sublime hasta lo absolutamente físico o material. En
su forma más común, la idea de progreso se ha referido, desde los griegos, al
avance del conocimiento y, más especialmente, al tipo de conocimiento práctico
contenido en las artes y las ciencias.
A
nuestro entender, la perspectiva del progreso es usada, especialmente en el
mundo moderno, para sustentar la esperanza en un futuro caracterizado por la
libertad, la igualdad y la justicia individuales. Pero observamos también que
la idea de progreso ha servido para afirmar la conveniencia y la necesidad del
absolutismo político, la superioridad racial y el estado totalitario. En suma,
casi no hay límite para las metas y propósitos que los hombres se han fijado a
lo largo de la historia para asegurar el progreso de la humanidad.*
* Extracto de un texto de Robert Nisbet que puede ser leído en el siguiente enlace http://www.eseade.edu.ar/files/Libertas/45_2_Nisbet.pdf
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